Monday, October 01, 2007

LA ANGUSTIA EXISTENCIAL COMO MATERIA POETICA EN EL DECIR DE EDISON CARRASCO


Poética de la angustia del ser en el mundo, ante la vida, ante las circunstancias que van delineando la existencia del individuo: pareciera ser la propuesta que deviene desde la voz profunda y vigorosa de este joven Poeta Chillanense.

Mi poesía es una especulación sobre el mundo, nos advierte el poeta fuerte y claramente, al hablar desde el púlpito estético de su Ciencia Poética. Una ciencia de hacer “tragedia”, pero ya no desde la mera construcción artística, sino desde una experiencia vital, en que el autor, se asume como protagonista de su propio destino; el propio y el de todos.

En esta obra y guardando las proporciones, es posible distinguir un claro distanciamiento de la manida alquimia del verbo, para adentrarnos en la física y la química de la palabra poética como disciplina, como una herramienta discursiva donde la búsqueda inagotable por el sentido de la vida, asume un parentesco de consanguinidad con la filosofía, con la religión (en el sentido de re-ligare), de volver a unir al hombre con aquello eterno y sagrado que podemos llamar Dios, Todo, primer Motor Universal, Única Mente.

En su intento por establecer una búsqueda de sentido a la experiencia vital, Carrasco nos invita y nos introduce a través de las páginas de este libro, a una Poesía del conocimiento, a una manera originalmente audaz de hacer Filosofía Poética o Poética Filosófica; en que lo importante son las preguntas y nos las respuestas, lo relevante son los cuestionamientos más que las certezas, las convicciones dan paso a más interrogantes, que en definitiva constituyen parte sustancial de su material artístico.

A través de este proceso de búsqueda, el autor no trepida en pedir prestado, invitar, citar y convertir la experiencia de otros grandes personajes de la literatura y la filosofía, en su propia clave de acceso al universo del asombro o transformar chispazos de lucidez, en candelabros que reverberan y multiplican claridad, al interior de su geometría escritural.

Los temas a partir de los cuales se construye esta Ciencia de Hacer Tragedias, emergen sin dejo alguno de inquietud existencial, advirtiendo el balbuceo permanente del hombre enfrentado al devenir de las pulsaciones vitales; al ser en el tiempo dentro de un espacio determinado por la angustia, el dolor, el sentido o sinsentido de la muerte y la eternidad.

Las inquietudes propias del hombre contemporáneo se dejan asomar en la obra de Carrasco, a través de un estilo bastante personal en razón de su objeto de búsqueda y con una originalidad formal que destaca el material lingüístico que sostiene su trabajo.

Este discurso filosófico en clave poética, nos plantea sin embargo, una travesía sin sobrecargos, accesorios o pirotecnias innecesarias: el paisaje de su estructura discursiva, de sus imágenes y símbolos son en consecuencia, coherentes con lo que nos quiere transmitir y contar al oído.

Con todo, algunos intersticios de este libro nos muestran evidentes rasgos de un humor pulcramente sutil, en que el hablante lírico pareciera sonreír frente al conocimiento y las verdades oficiales, racionales y positivas; pero fundamentalmente se sonríe consigo mismo, de su ser poeta y de su propia condición humana frente a lo indescifrable y lo indecible: Dios.

Hay aquí una fluida comunión con las cosas, con el destino, con el amor, con el afán de convertir a la mujer en su compañera de viaje; con la palabra, que el autor transforma acertadamente en un arma de doble filo; por una parte nos plantea una realidad humana sujeta a los derroteros de la angustia y el dolor, a la tragedia del espíritu; pero al mismo tiempo nos conjura y nos ofrece señales para encontrar nuestro propio CLAVICORDIO, la posibilidad del eterno retorno: un mecanismo musical que gira insaciable sobre sí mismo.

El clavicordio suena como un círculo,
Suena como un alrededor,
Suena como la eternidad vuelta a repetirse.

Luis Marcelo Rojas.
Escritor.